domingo 6, octubre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Cumple 95 años Mirtha Legrand, uno de los íconos de la televisión argentina

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A Rosa María Juana Martínez Suárez, más conocida como Mirtha Legrand, se la podría definir de muchas maneras. Como la joven actriz que supo cautivar por sus papeles en la pantalla grande durante la época de oro del cine argentino. Como una de las figuras más importantes de la televisión argentina, que ostenta el impresionante record de conducir su clásico programa desde hace casi medio siglo.





Mirtha Legrand, un cuadro de la derecha

Incluso, se la puede describir sin faltar a la verdad como una mujer hiperactiva y trabajadora, aún hoy en el día de su cumpleaños número 95. Pero cualquiera de estas acepciones no le hace justicia, si no se dice que se trata de uno de los cuadros mediáticos de derecha más importantes y eficaces de la Argentina.

Representante de la elite argentina más reaccionaria, Mirtha celebra hoy un nuevo cumpleaños con el deseo de volver a conducir sus clásicos almuerzos, rol -como no podría ser de otra manera en su status social- heredado por vínculo sanguíneo por su nieta Juana Viale.

La mesaza del poder económico y político conservador

Nadie hubiera imaginado en aquella primera emisión del 3 de junio de 1968 que Almorzando con las estrellas (luego rebautizado con el nombre actual) se iba a mantener al aire por casi medio siglo en la pantalla chica. Ni el mismo Alejandro Romay que le ofreció un espacio en el viejo Canal 9 ni su esposo y productor Daniel Tinayre se imaginaban tal cosa. Mucho menos que con el correr del tiempo ese programa se iba a convertir en una “mesaza” desde la que el poder económico y político conservador iban a construir sentido. Cada fin de semana, de manera interrumpida, sin matices ideológicos.

Amparada en una elegante y supuesta ingenuidad, Legrand se ganó la estima del sector más conservador de la sociedad argentina a fuerza de modales y vestidos de alta costura que le permitieron vomitar las frases más crueles sin asumir costo alguno. Símbolo de parte de una sociedad que quiere mantener su status quo, a la Chiqui siempre se le perdonó todo.

Intocable públicamente, es curioso constatar el temor que por lo bajo expresan artistas o dirigentes cuando son invitados a un programa que desde hace años se erigió sin disimulo ni vergüenza en una suerte de televisación de reuniones políticas partidarias, militantes de una manera de pensar (para unos pocos) la realidad argentina.

 

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