Jorge Moisés, médico de cabecera del Pami en Santa Rosa, describió ayer el complicado panorama que viven los profesionales con la obra social. «El momento es muy malo. Estamos casi tan mal como los propios afiliados, los jubilados, aunque ellos se llevan la peor parte siempre» dijo. «Estamos muy mal, porque los aumentos que hemos recibido son los que determinó por decreto el Pami a nivel nacional, que si bien es un ente autárquico, está en un todo en consonancia con la función del gobierno nacional, y por lo tanto los aumentos en nuestras remuneraciones han ido perdiendo permanentemente un enorme poder respecto de la inflación», explicó. Además, aclaró que «nunca nos han reconocido la pertenencia a la zona patagónica reclamada históricamente desde hace muchos años».
«Estos hechos han sido fundamentales para la no permanencia de muchos médicos de cabecera, que optan por renunciar al PAMI, dejando a los jubilados con una menor prestación, porque los que vamos quedando nos vemos sobrecargados de trabajo y de pacientes. En el último mes renunciaron 3 médicos de cabecera, de 21 que éramos en Santa Rosa», explicó.
Pérdida contra la inflación
Moisés explicó que «hemos perdido alrededor de un 50 por ciento de poder adquisitivo respecto de la inflación. Los médicos de cabecera que seguimos trabajando para Pami es porque tenemos otra fuente de trabajo, pero esta sobrecarga de trabajo es agotadora y nos deja al borde del estrés».
«Tratamos de sostener la atención con la mayor calidad posible, pero se hace muy difícil. Estamos muy sobrecargados de pacientes. No es solamente el hecho de atender los pacientes en consultorio, sino que además el Pami nos ha ido agregando sistemáticamente carga laboral administrativa e informática que debemos cumplir fuera del horario», puntualizó.
Sin respuestas
«El Pami nunca nos ha dado ninguna respuesta. Hemos dejado de ir a hablar con el delegado local, porque consideramos que es una pérdida de tiempo. Las respuestas a nuestros planteos siempre han sido negativas», expresó.
A nivel nacional, Moisés explicó por Radio Noticias que «Apamia tiene diálogo constante con la Dirección Nacional del Pami, ellos forman parte de las reuniones paritarias, pero tampoco se obtienen respuestas». Además explicó que «hay alrededor de 9 mil médicos de cabecera de los cual el 60 por ciento están contratados, es decir, que la gran mayoría estamos en relación de dependencia, trabajando en negro para el Pami, porque somos monotributistas, precarizados».
Desvío de fondos
Moisés opinó que «cuanto menos prestaciones demos, cuanto menos paguen, podrán disponer de los fondos de Pami para otros menesteres. Uno lee noticias que con las cajas del Pami financian otras cuestiones, mientras que esos fondos deberían ser usados para mejorar la calidad de prestaciones para los jubilados, que tengan todos sus prótesis como corresponden, los medicamentos al cien por ciento, que no tengan límites en aquellos que necesiten medicamentos de alto costo, y obviamente para quienes sostenemos el sistema, que somos los médicos de cabecera». (Fuente: diario La Arena)