En las últimas horas del viernes se conoció que la docente de educación física Celeste de los Ríos fue hallada sin vida en el tramo Abra Salescuyo, en un trayecto llamado Las 70 Vueltas, en el departamento Iruya, a 307 kilómetros de la Capital salteña. Los informes preliminares que recibió el Ministerio Público Fiscal de la provincia de Salta indican que se trataría de una muerte accidental.
De acuerdo a la reconstrucción de los hechos, De los Ríos (42) salió a pie el jueves último, pasadas las 14, de la Escuela rural 4236 «Fray Bartolomé de las Casas», ubicada en el paraje de Campo Grande. Después de ocho o nueve horas de caminata debía llegar al paraje Río Grande, que cuenta con acceso vehicular, para que finalmente pudiera llegar al pueblo de Iruya, pero eso nunca sucedió.
Todo ese trayecto a pie se transita por montañas de hasta casi 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar. En esta época, pero sobre todo en los últimos días, la zona era azotada por fuertes vientos. La referente kolla de la Comunidad Las Casillas, de Santa Victoria Oeste, Adelina Donata López, contó a Salta/12 que esas inclemencias climáticas se mantuvieron desde las 16 hasta las 21 de ese jueves.
López agregó que desde su pueblo (que está a 2.780 msnm) se observaba la caída de aguanieve en las alturas y que esa precipitación helada llegó al centro de Santa Victoria Oeste pero ya como llovizna. Por estas condiciones del tiempo, los fuertes vientos, el frío y la falta de visibilidad, López supuso que posiblemente la maestra haya sufrido un accidente en las alturas y cayó del camino de herradura por el que transitaba. Según el médico legal que revisó el cuerpo el sábado por la tarde, De los Ríos presentaba traumatismo toráxico abdominal y fractura cervical como causa del deceso.
«Si hay viento, sí o sí tenés que pasar arrastrándote por esos lugares y posiblemente (a Celeste) la haya derrumbado el viento en un momento por lo que tuvo que quedarse sentada», manifestó López. El cuerpo de la maestra fue llevado a Iruya por la tarde del sábado, ya que el operativo para bajarlo, después de que se conociera el hallazgo, se hizo en las primeras horas de ese día. Hasta el lugar había cinco horas de ida y tres de vuelta (en descenso) dadas las condiciones geográficas y climáticas del lugar.
Según informó el senador por Iruya Walter Cruz, el cuerpo fue trasladado a las 7.15 de ayer a Orán, departamento de donde era oriunda De los Ríos para que pueda ser entregado a la familia. La maestra era madre de un niño de 7 años y daba clases en la zona de Iruya desde hace tres años. Sus jornadas iban de lunes a jueves. El legislador se comunicó con la familia de la docente fallecida y se solidarizó, a la espera de que se hagan las averiguaciones correspondientes sobre el caso.
«Puede estar lindo abajo, pero no sabés lo que puede estar pasando en las alturas», indicó Cruz a Salta/12. El camino mular que transitó la docente es el único que existe para comunicar esos parajes. En ese sentido, el legislador por Iruya se preguntó qué es lo que motivó a la maestra a salir en ese horario, a sabiendas de que existiría un tramo del camino que lo tendría que hacer por la noche.
Aparentemente, la maestra no dio aviso de su partida a los directivos de la escuela. En tanto, la directora del establecimiento, María Eugenia Sánchez, denunció su desaparición al día siguiente (viernes) cuando los lugareños la llamaron para avisarle que De los Ríos no había llegado a Río Grande.
Después de que se conociera su muerte, desde el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta, se indicó solamente que está actuando la fiscalía y que desde esa cartera se harán «las acciones correspondientes» y están «a disposición de la investigación».
La fiscala penal de la Unidad de Femicidios a cargo de la investigación, Mónica Poma, señaló que los informes preliminares que recibió indicaran que se trataría de una muerte accidental. De igual manera envió investigadores a la zona, conformada por personal de Criminalística y el médico de la Policía de la Provincia.
Geografía difícil
Adelina López contó que alrededor de cien maestros se mueven en el departamento en los diferentes niveles educativos y que algunos llegan a caminar desde 4 hasta 14 horas. Recordó que a principios de año, una maestra que iba de Alfarcito a Iruya por el río se perdió porque había mucha neblina.
«Tuvo que pasar la noche en medio de la nada», contó, agregando que después tuvo que recibir tratamiento psicológico. En esa zona específica, los maestros deben caminar sí o sí 5 horas sobre el lecho del río, teniendo que pasar en medio de crecidas y barro durante el verano, y en medio del agua fría en el invierno.
Cruz contó que incluso no es posible suplantar las escuelas rancho porque se dificulta la llegada de los materiales. «Hay mucho costo en el traslado de material porque se hace a lomo de mula», explicó. Las vueltas de las sendas que se bifurcan en la montaña obligan a que cuando llegan nuevos docentes a veces los ordenanzas hacen de guías hasta que los maestros llegan a conocer los caminos.
Cruz destacó que la zona presenta una «geografía difícil». Por lo que sostuvo, como respuesta ante quienes piden por la creación de caminos carreteras, que primero no se trata solamente de «mover todo un cerro». «Hay que planificarlo bien» y hacer el camino «donde se pueda y sea factible», a lo que suma el gran presupuesto que ello involucraría.
En ese sentido, López indicó que de nada serviría un camino carretera si después no puede garantizarse un mantenimiento. En la zona, muchos de esos caminos son a huella mular, y desde el municipio que dirige Eugenio Herrera se intenta sostenerlos.
La dirigente kolla subrayó que es preciso que los gobiernos de turno, sean municipales o provinciales, «no tomen decisiones apresuradas» sino que escuchen las demandas reiteradas que vienen haciendo las comunidades del lugar. Como el acompañamiento con equipamientos adecuados, materiales de trabajo e incluso la alimentación y el resguardo de los docentes y niños y niñas.
«Mas allá de que somos comunidades auto sustentables, necesitamos que los gobiernos de turno miren la profundidad de estas situaciones y nos consulten» a los lugareños, que son los conocedores de ese terreno, sostuvo.