Un hombre parapléjico volvió a caminar de manera natural en Suiza gracias a la combinación innovadora de dos tecnologías que permitieron restablecer la comunicación entre el cerebro y la médula espinal y fue posible gracias a la combinación de dos tecnologías implantadas en el cerebro y en la médula espinal, explicó Guillaume Charvet, investigador en el Comisariado de la Energía Atómica (CEA), un importante laboratorio francés de investigación científica e industrial.
«Recuperé la libertad», aseguró en una rueda de prensa el neerlandés Gert-Jan (no quiso dar su apellido), quien se benefició de esta innovación tecnológica en un hospital suizo en Lausana, informó la agencia de noticias AFP.
Gracias a ella, este paciente de 40 años, volvió a mover un pie detrás del otro por primera vez desde que sufrió -hace unos diez años- una lesión en la médula espinal, a la altura de las vértebras cervicales a raíz de un accidente en bicicleta.
«Era incapaz al principio de poner un pie delante del otro», explicó la cirujana suiza Jocelyne Bloch, profesora en el Centro hospitalario universitario de Vaud, en Lausana, durante la presentación de un estudio publicado hoy en la revista Nature.
Antes de él, otros parapléjicos ya habían logrado andar gracias a instrumentos tecnológicos, pero en su caso se trata de la primera vez en que controla gracias a su cerebro el movimiento de sus piernas y el ritmo de sus pasos.
Dos laboratorios, uno francés y otro suizo, se encuentran detrás de este avance científico logrado luego de diez años de investigación conjunta.
A Gert-Jan le implantaron unos electrodos desarrollados por el CEA, en la zona del cerebro que se encarga del movimiento de las piernas.
Este dispositivo sirve para descodificar las señales electrónicas del cerebro cuando se piensa en andar y también está conectado con un campo de electrodos ubicado en la zona de la médula espinal que sirve para controlar el movimiento de las piernas.
Gracias a los algoritmos que funcionan a partir de una inteligencia artificial, se descodifican en tiempo real las intenciones de movimiento del paciente.
Y luego sus voluntades se convierten en una secuencia de estimulación eléctrica de la médula espinal, que se encarga de activar los músculos de las piernas para moverse.
Los datos entre la tecnología integrada en el cerebro y la de la médula espinal se transmiten gracias a un sistema portátil que se puede llevar en una mochila o en un andador.