El director canadiense estrena su primera serie, ‘La noche que Logan despertó’, y anuncia su retirada. “Ya no tengo ganas ni fuerza, casi nadie ve lo que hago. Me llevo demasiadas decepciones”, asegura Xavier Dolan de 34 años, y director de películas como «Mommy» (2014) y «J’ai tué ma mère» (2009).
«Estoy cansado. No siento la necesidad de seguir con esto», dice el joven director, mientras se toma un segundo.
Después sigue en el mismo tono que lleva exhibiendo desde que en el pasado festival de Sundance mostró ante la prensa los primeros síntomas de agotamiento: «No entiendo de qué sirve empeñarse en contar historias cuando todo alrededor se desmorona. El arte es inútil y dedicarse al cine, una pérdida de tiempo..».
«Pienso en qué consiste mi trabajo y me veo escribiendo, rodando, editando, en el proceso de posproducción.. Y luego de viaje por el mundo hablando de lo que he rodado, montado y posproducido.. Actuamos como si nos sobrara el tiempo y si hay algo ahora mismo que no tenemos es tiempo». afirma Dolan.
Sorprenden las palabras, pero tampoco tanto. Al fin y al cabo, si por algo se ha significado la obra de este canadiense de 34 años ha sido precisamente por su gesto agónico, desesperado, exagerada y fervorosamente melodramático.
Con apenas 19 años, sorprendió al mundo y al Festival de Cannes con un debut escrito, dirigido y protagonizado por él. Yo maté a mi madre (2009) irrumpió como si se tratara de la última película imaginable y detrás de ella llegaron Laurence Anyways (2012), Tom en la granja (2013), Mommy (2014), Sólo el fin del mundo (2016), Mi vida con John F. Donovan (2018) y Matthias & Maxime (2019).
Todas, a su manera, un punto y final a vueltas con el veneno de la familia, el descubrimiento de la identidad, la culpa de ser madre (e hijo) y el inconveniente de haber nacido. Es cine al límite de sí mismo que no respeta ni convenciones ni normas y que se reinventa a cada paso que da.