viernes 26, julio, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

La NASA identifica origen común de «mensajeros» estudiados por observatorio argentino

Después de 13 años de investigación, científicos de la NASA publicaron un artículo en el que se postuló que existe una correlación entre los rayos gamma que estudiaron y los rayos cósmicos de ultra energía elevada que habían descripto en 2017 expertos del Observatorio Pierre Auger (Mendoza), por lo que ambos podrían tener un origen común extragaláctico.





«Medimos el dipolo del fondo difuso de rayos γ (DGB), identificando una señal independiente del tiempo altamente significativa que coincide con la del Pierre Auger UHECR», comienza el resumen del artículo.

El mismo fue publicado esta semana en la revista The Astrophysical Journal Letters que da cuenta de las conclusiones después de 13 años de observaciones realizadas por el Telescopio de Gran Área (LAT) del satélite Fermi.

La implicancia de esto es importante: «Este trabajo del observatorio Fermi encuentra que el origen de los rayos gamma que estaban estudiando para analizar la radiación de fondo cósmico no provienen de donde se pensaba sino de muy cerca del lugar de donde provienen los rayos cósmicos ultra energéticos que nosotros describimos en 2017», explicó la astrónoma Beatriz García, investigadora del Conicet y responsable de Educación y Divulgación en el Observatorio Pierre Auger.

De algún modo, la reciente investigación aporta que estos dos «mensajeros» del espacio (rayos gamma y rayos cósmicos de ultra elevada energía) podrían tener un origen común o al menos cercano.

Para comprender mejor la noticia, García indicó de qué se trata cada uno: «Los rayos cósmicos son, en realidad, partículas que llegan desde el espacio. Algunos lo hacen a velocidades cercanas a la de la luz, esos son los que llamamos de ultra elevada energía».

Su detección es tarea del Observatorio Pierre Auger, un complejo ubicado en la localidad mendocina de Malargüe, a más de 1.400 metros sobre el nivel del mar, y en un área de 3.000 km2 (quince veces mayor a la superficie de la ciudad de Buenos Aires), que fue construido a fines de los ’90 por un consorcio de 18 países.

Los otros mensajeros del espacio, los rayos gamma, son radiación electromagnética.

«Es luz pero fuera de la región visible. El espectro electromagnético tiene distintas regiones de energía. Nosotros detectamos con nuestros ojos la visible (los colores del violeta al rojo); mas allá del violeta, tenés ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Los gamma corresponden a la mayor energía», explicó García.

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