El castense Franco Liñeira, licenciado en Bioquímica e investigador del Conicet, expuso sus trabajos de investigación en las 31º Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), que se desarrolló en la sede de la Universidad de la República (Uruguay), donde participaron 800 investigadores de 42 universidades públicas de Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay. «Entre los objetivos estuvo poder conseguir financiamiento y contactos, para poder seguir adelante porque se está complicando» por la falta de financiamiento para equipamiento e insumos, señaló en una comunicación telefónica con Radio DON 101.5 Mhz.
Con una beca doctoral del Conicet, el joven científico pampeano egresado de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) trabaja en el desarrollo de una técnica de biología molecular para detectar dos microorganismos patógenos que son transmitidos vía alimentaria: Yersinia enterocolitica y Escherichia coli productora de toxina shiga. Específicamente estudia carnes vacunas y porcinas, con el objetivo de crear una técnica que pueda detectar rápidamente estas bacterias en los alimentos, y así contribuir con el sistema de salud y la calidad de las carnes.
Liñeira es licenciado en Bioquímica y actualmente realiza el Doctorado en Bioquímica, en la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF). La investigación la lleva adelante en dos laboratorios científicos de la UNSL, el área de Microbiología e Inmunología y el Laboratorio de Desarrollo de Diagnósticos Moleculares.
El objetivo de su trabajo consiste en diseñar y optimizar una técnica de biología molecular, llamada PCR en tiempo real para poder detectar Yersinia enterocolitica y Escherichia coli, en alimentos y lograr contar con una nueva técnica que sea rápida, sencilla y específica. Estos patógenos son específicamente intestinales, aunque en ciertas circunstancias pueden salir del ambiente intestinal y generar infecciones extraintestinales. «Específicamente nos hemos propuesto diseñar otra herramienta más a las existentes, para detectar estos patógenos en alimentos y acelerar los tiempos de detección. Ya existen técnicas específicas, pero con esta nueva herramienta buscamos acelerar los tiempos de detección», expresó.
El estudio implica trabajar sobre los alimentos con muestras de carnes. En el caso de la Yersinia enterocolitica trabaja con carnes de cerdo, que es el principal reservorio en el cual se encuentra la bacteria y se transmite desde la carne cruda. En el caso de la Escherichia coli, productora de toxina shiga, investiga carne vacuna.
En ambos casos estudia las muestras para hacer identificación y cultivos microbiológicos. «Hace un año y medio que gané la beca doctoral del Conicet con la cual integro al Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas (IMIBIO-SL)», dijo.
Aporte social.
Según explicó el entrevistado, el aporte es principalmente poner a disposición del sistema de salud público, tanto a nivel bromatológico como clínico, una técnica para poder detectar rápidamente estos microorganismos en una muestra de alimentos. «La idea es poder detectarlos lo más rápido que se pueda», especificó.
Para ejemplificar, el investigador expresó que si un/a paciente llega con sintomatología a un centro de salud y sospecha de algo, este estudio permitiría en alimentos (no en muestras clínicas) poder llegar a identificar estas bacterias lo antes posible. También añadió que es un método de prevención que se podría utilizar de rutina en bromatología, frigoríficos y otras áreas para liberar carnes al mercado con estudios previos que den cuenta que no están estos microorganismos presentes.
«Decidimos estudiar estos dos microorganismos porque son bastantes frecuentes. En el área donde trabajo hace muchos años que vienen trabajando con estas líneas de microorganismos, se sabe mucha información y lo que quisiéramos, es aportar un granito más de arena al área y a la investigación», destacó.
Alegría y resignación.
Liñeira relató que se recibió «hace un año y medio» de licenciado en Bioquímica, e inmediatamente accedió a la beca doctoral del Conicet. Indicó que desde el inicio «alcanzamos buenos resultados, pero tenemos que seguir investigando con el grupo de trabajo, donde tengo una directora y un codirector y gente que trabaja en el mismo laboratorio que también me colabora».
-Es un orgullo ser investigador del Conicet, pero en estos tiempos ¿te tengo que felicitar o acompañar en la resignación?
-Un poco las dos cosas…(risas). La verdad que llegar al Conicet está bueno, porque no es fácil: tenés que tener buen promedio y el proyecto debe ser interesante. Son pocos los países que tenemos universidades públicas y un organismo de investigación con prestigio a nivel mundial, que a mí me está permitiendo continuar con la formación para doctorarme en Bioquímica. Profesionalmente estoy muy agradecido. Y después, lo otro cada vez se complica más económicamente, porque hace meses que no nos aumentan el sueldo, no hay plata para equipamiento y reactivos. Está complicado.
-Siempre hubo dificultades, pero me parece que en los últimos meses se agravaron.
-Hace bastante que no nos aumentan el salario, cada vez se hace más complicado llegar a fin de mes y no tenemos plata para reactivos. Se está poniendo bastante complicado.
-Encima, los insumos para las investigaciones mayoritariamente tienen precios dolarizados.
-Sí, todo lo que es equipamiento y reactivos mayoritariamente viene del exterior y los precios están dolarizados. Hoy tenemos material, pero nos estamos quedando sin reactivos. Está complicada la situación.
-Hoy no solo existe un ataque económico, sino que también es discursivo para desprestigiar a las universidades públicas y organismos de investigación.
-Hay una desfinanciamiento del Estado, y también en la Salud Pública. Es una lástima lo que está pasando. Tenemos que afrontar la situación, y seguir haciendo ciencia con los elementos que tenemos disponibles.