Desde la comuna de Eduardo Castex se emitió un comunicado de prensa asegurando que se realizaban controles en los geriátricos que fueron clausurados por abandono de persona, malos tratos y alimentación deficiente. Pero, el sábado –cuando se notificaron las clausuras- se produjo un episodio que generó unas pocas sonrisas y muchos enojos entre los involucrados.
Al menos dos funcionarias –el sábado a la mañana- se encargaron de notificar a las responsables de los geriátricos que se procedía a la clausura, y contaba con 72 horas para desalojar los edificios.
Los procedimientos se realizaron –el viernes aproximadamente a las 11 horas- en el geriátrico Luz de Luna, ubicado sobre la calle Italia entre calles Raúl B. Díaz y España; y en el geriátrico Los Nonos que está sobre la calle Sargento Cabral, entre Avenida del Trabajo y calle Ramón Zamarbide.
Pero, las funcionarias se habrían confundido y habrían llevado la nota de clausura a un geriátrico que funciona sobre la calle Estrada, en cercanías del predio de Racing Club, y que sería regenteado por la hija de una de las residencias allanadas.
Desde el geriátrico habrían contactado a los familiares de sus internos para que los retiren, pero después se habrían retractado porque ese hogar de adultos no está involucrado en las denuncias radicadas en la comisaría departamental de Eduardo Castex.
Una fuente vinculada a la investigación, admitió el episodio. “Da lugar a la equivocación que la residencia la dirija la hija de la dueña del otro geriátrico”, intentó justificar.
