La Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino acaba de adjudicar una licitación insólita: entregará cuatro camionetas oficiales a cambio de inodoros, bidets, griferías y cerámicos para refaccionar baños de sus instalaciones en Palermo.
El expediente EX-2025-05393930-APN-DRV#EA, bajo la Licitación Privada Nº 84/13-0083-LPR25, establece la permuta de los vehículos por insumos sanitarios, debido a la falta de fondos para realizar la obra de mantenimiento. Según el documento oficial, las camionetas «ya no son de utilidad» y la transacción se justifica para «detener el deterioro de las instalaciones».
El costo de la permuta: ¿negocio o pérdida para el Estado?
Las cuatro camionetas en cuestión son:
–Chevrolet TFR54HDL – Valor estimado: $4.047.680
–Chevrolet S10 2.8 HDI 4X4 – Valor estimado: $5.015.650
–Ford Ranger DC 4X4 XL Plus 3.0 – Valor estimado: $8.263.880
–Ford Ranger DC 4X4 Super Duty 3.0 – Valor estimado: $8.612.660
En total, los vehículos fueron tasados en $25.940.000, considerando su estado de deterioro. Sin embargo, la cifra representa solo entre el 50 y el 60% de su valor original, lo que genera dudas sobre si la permuta fue la mejor opción o si el Estado perdió dinero en la transacción.
A cambio, el adjudicatario deberá entregar 20 inodoros, 9 bidets, 22 griferías para vanitory, 620 metros cuadrados de cerámica, 14 mingitorios y otros materiales sanitarios. Todo deberá ser de «primera marca y calidad», aunque en la licitación no se especifica el valor de mercado de estos productos ni si la transacción resulta equitativa.
La falta de presupuesto para infraestructura llevó a que la Dirección de Remonta y Veterinaria recurra a esta permuta en vez de destinar fondos específicos para la obra. El hecho expone la precariedad en la administración de recursos y plantea interrogantes sobre la gestión estatal: ¿No había otra forma de financiar la reparación de los baños sin desprenderse de vehículos del Ejército?
El adjudicatario de la licitación, Fernando Andrés Ríos (CUIT 20-31475754-9), fue el único oferente que cumplió con los requisitos, mientras que la empresa Siderworld SRL quedó fuera por no presentar las muestras de los productos requeridos.
Si bien el Ejército argumenta que los vehículos estaban en desuso, la operación pone en evidencia las dificultades presupuestarias de las instituciones estatales. La pregunta que queda flotando es: si se siguen rematando bienes públicos para cubrir necesidades básicas, ¿qué se venderá la próxima vez?
