Mónica Canuhé, enfermera del Hospital Taladriz de Toay, le salvó la vida a una mujer de 64 años que tuvo un infarto mientras miraba a su nieto jugar al fútbol. El hecho ocurrió durante una jornada de fútbol infantil realizada –el sábado a la tarde- en el Complejo Deportivo Horacio del Campo de Toay, cuando la abuela de uno de los chicos sufrió una descompensación producto de un problema cardíaco.
Mónica Canuhé se encontraba de guardia en la ambulancia junto al chofer Guillermo García, publicó el diario La Arena. Canuhé relató que «nosotros estábamos en la ambulancia mirando los partidos, como hacemos normalmente viendo si se caía algún chico, o pasaba algo que requiriera nuestra intervención, cuando en un momento viene un señor y nos avisa que había una mujer tirada atrás de la ambulancia, que estaba descompuesta», dijo. Al llegar al lugar, «vi que estaban intentando levantarla y su reacción era nula. Les pedí que la dejaran en el piso, que no intentaran levantarla, porque no tenía respuesta y estaba en un paro, no respiraba. Comencé a hacerle reanimación cardio pulmonar (RCP). Una serie de aproximadamente dos minutos que para mí duraron una eternidad… Le decía no te me vas a ir por favor, no te me vas a ir justo acá!».
«Estábamos rodeados de chicos muy chiquitos, mirando, preguntando qué pasaba. En ese momento no podés pensar en nada más, solo haces el procedimiento y mirás a la persona esperando que haya alguna reacción en la cara, la tenés que sacar (del paro)», explicó. «En momento siento que se le empieza a entumecer el cuerpo, respiró fuerte y empezó a vomitar, por lo que la lateralice. Ella seguía morada, pero ya había una respuesta por lo menos, y eso era una satisfacción», y agregó que «en ese momento, con mi compañero la pusimos en la camilla, la subimos y le pude poner oxígeno. Ella empezó a mirar, y a recobrar el conocimiento muy paulatinamente. Empezó a saturar bien ya cuando estábamos camino al Hospital Taladriz. Cuando llegamos y ya se sentía bien, la mujer nos dijo que tiene 64 años, que sufre de arritmias, y que estaba tomando medicación para el corazón».
SENSACIÓN INEXPLICABLE
Mónica, que se convirtió ayer en la heroína de la jornada, dijo que «la adrenalina que sentís cuando sacas a una persona del paro es inexplicable, es una sensación única».
«Estas salvando una vida. Es una emoción increíble. En el momento vos mirás alrededor y quizá nadie se da cuenta de que esa persona estaría muerta si no hubiésemos actuado. Es algo que me ha tocado otras veces, y la emoción que se siente al salvar una vida es siempre la misma, como si fuera la primera vez» relató.