El cura párroco Juan Carlos Baigorria celebró recientemente las Bodas de Oro de su ordenación sacerdotal, coincidiendo con los festejos del centenario de la Iglesia “Sagrado Corazón de Jesús” de Eduardo Castex. Hoy una calle de Eduardo Castex lleva su nombre, en reconocimiento a los 33 años de servicio que presta en esa localidad.
En la misa de las celebraciones católicas, el cura Juan Baigorria reveló cuando decidió que iba a ser sacerdote. Y relató una trama de coincidencias que tuvo con un sacerdote salesiano.
Baigorria es oriundo de Victorica. Iba al colegio salesiano en la localidad oesteña. Y un cura salesiano “lo marcó” en su vida. “Mis formadores fueron los salesianos misioneros del oeste pampeano», reconoció.
«Cuando Dios lo llamó (a ese cura salesiano), después de dedicar toda si vida a Dios y a la Iglesia, yo era un muchachito que trabajaba en el colegio y me tocó vestirlo para que viajara a la eternidad. Y en esa tarea de vestirlo, ponerle la sotana…él estaba muerto y sin embargo yo hablé con él. ¿Y saben que le dije?: yo ocuparé tu lugar», reveló –emocionado- Baigorria en la misa que brindó –el viernes 29 de noviembre- en la iglesia de Eduardo Castex. «Ese sacerdote era la alegría cuando llegaba a nuestro patio», agregó.
RECUERDOS
«En el año 1969 cuando se celebraban las Bodas de Oro de la Iglesia de Eduardo Castex, en mi pueblo natal el primer obispo diocesano Jorge Mayer, a las 20 horas del 29 de noviembre, me estaba ordenando como sacerdote», relató a los fieles de varias localidades, que arribaron para participar de la conmemoración del medio siglo de trayectoria pastoral.
Después, Baigorria estuvo 17 años en Ingeniero Luiggi y llegó el 4 de enero de 1987 a Eduardo Castex. Pero, faltaban más detalles. Más coincidencias de su trayectoria, entrelazada con la vida de ese cura salesiano que lo marcó en Victorica, y a quien vistió cuando falleció, para el velatorio.
«Ese cura estuvo en Castex y cuando llegue encontré un cuaderno suyo donde escribía todo lo que hacía día a día, que ahora no se si los salesianos lo siguen haciendo. Ahí ponía todo lo que hacía diariamente, contaba lo que sucedía con la gente, los problemas, los casamientos, los bautismos. Lo encontré. Me lo dejó. Si yo iba a ocupar su lugar. Y no es nada eso, en otro pueblo que atiendo, en Conhelo hizo la capilla; en otro pueblo que también atiendo, en Monte Nievas también había hecho la capilla», concluyó –entre orgulloso y emocionado- Baigorria.
La historia de Baigorria permaneció, al menos públicamente, reservada durante medio siglo, y durante el desarrollo de una conmemoración tan significativa fue compartida con sus fieles. Así fue el entramado de hechos y coincidencias en la vida de una institución dentro de la institución católica de Eduardo Castex.