Los empleados denuncian haber cobrado menos del 50 por ciento de su salario y protestan en la puerta de la firma. La empresa alega caída de producción y ventas, pero el conflicto ya lleva seis meses sin solución. Continúan las negociaciones.
En Remedios de Escalada Este, partido de Lanús, la histórica fábrica de caramelos Lipo, la de los clásicos ácidos, se convirtió en el epicentro de un nuevo conflicto laboral que vuelve a ser la postal de cómo el ajuste económico impacta de lleno en el entramado productivo del conurbano bonaerense. El martes, los más de 100 trabajadores de la planta frenaron la producción e iniciaron una protesta en la puerta de la planta por tiempo indeterminado.
¿La razón? Una deuda salarial que ya no pudieron seguir soportando, mientras que la empresa alegaría una caída drástica en las ventas que derivó en un desplome de la producción, según afirmaron los empleados.
“El conflicto dio inicio el día 7 de mayo, que tendría que haber sido el cuarto día hábil del mes. Nosotros somos mensualizados, tendríamos que haber cobrado la totalidad de los haberes del mes de abril, lo cual la empresa no cumplió con lo que serían los plazos. Así que hasta el día de hoy hemos percibido casi un 50 por ciento del total de los salarios”, explicó a Buenos Aires/12 uno de los trabajadores que prefirió preservar su identidad. No se trata de un dato menor porque los pagos fraccionados se vienen repitiendo desde hace seis meses, agregó el empleado.
No es la primera vez que la empresa Lipo, con más de medio siglo en el rubro de las golosinas, enfrenta este tipo de crisis. En enero pasado ya hubo una situación similar. La compañía, que nació como emprendimiento familiar en 1969 y todavía figura formalmente dirigida por Matías y Mariela Lipovetzky, produce más de dos millones de caramelos por día, entre ellos sus conocidas variedades ácidas. No obstante, desde el sindicato aseguran que actualmente una parte mayoritaria de las acciones está en manos de un grupo inversor encabezado por Osvaldo Iglesias, exgerente de la polémica Metropolitano S.A., implicado en un escándalo por presunto fraude vinculado al Tren Roca hace casi 20 años.
Los trabajadores denunciaron que la empresa ni siquiera ofreció certezas. “Por esa razón nos manifestamos en la calle, fue la primera vez que tomamos una medida como esta. También hicimos una asamblea con los trabajadores en la cual decidimos que no íbamos a prestar servicio hasta que se nos pague la totalidad de los haberes”, relataron.
La fábrica de Guarracino al 2300 no detiene su producción por casualidad. El personal ya flexibilizó durante meses la modalidad de cobro para evitar llegar a este punto. “Siempre es por lo mismo, por falta de pago, incumplimiento con los pagos. Siempre está relacionado con lo mismo. No es que pedimos algo por afuera de lo que nos corresponde, simplemente que se cumplan con los plazos que marca el convenio colectivo y la Ley de Contrato de Trabajo”.
A esta altura, la situación ya afecta a la totalidad de los operarios: 100 trabajadores en tareas de producción, empaque, envoltorio y logística, más otros 14 empleados administrativos. Todos encuadrados en el convenio colectivo 244/94 del Sindicato de la Alimentación (STIA). Ninguno, aseguran, recibió más del 50 por ciento del salario correspondiente a abril.
Audiencia y horas decisivas: continúa el paro
Este jueves hubo una audiencia en la sede del Ministerio de Trabajo de Lanús. Luego de horas de negociaciones, la empresa presentó una propuesta que será evaluada en asamblea durante el transcurso de este viernes: “Nos ofrecieron pagarnos una parte de lo que falta durante este viernes y lo que falte el miércoles de la semana que viene. A cambio de eso, la empresa pide un crédito de 15 horas compensatorias para absorber las horas adeudadas por falta de materia prima que no se trabajaron en algún momento, en un marco de 60 días. También nos ofrecieron un día pago cuando no tengan materia prima a futuro”. Mientras tanto, las tareas en la fábrica de caramelos continuarán suspendidas junto a la protesta en la puerta de la planta. “La realidad es que a priori no estaría convenciendo la protesta, pero debemos evaluarla en asamblea. Nuestra única pretensión es que se paguen todos los salarios completos. Estamos ya a mitad de mes”, insistieron.
Desde el Ministerio de Trabajo provincial, que ya intervino en la mediación, se confirmó que un inspector constató la falta de pago y labró el acta correspondiente, lo que disparó la convocatoria formal al diálogo entre partes. Sin embargo, para los trabajadores, la respuesta empresarial volvió a estar teñida de evasivas y dilataciones. A su vez, confirmaron que la empresa se comprometió a pagar una parte en el transcurso de viernes, a la espera de la respuesta de los trabajadores.
En su defensa, Lipo argumenta que atraviesa una caída en las ventas, atribuida al contexto económico nacional, el encarecimiento de los insumos y la competencia importada, según manifestaron en las audiencias. Buenos Aires/12 intentó comunicarse con la empresa para obtener una respuesta oficial y no tuvo éxito. Además, su página figura como caída del sistema online y sus redes sociales dejaron de publicar contenido momentáneamente.
De igual manera, los trabajadores cuestionan esta explicación de su patronal: “Nosotros no tenemos ningún tipo de acceso a los balances de la empresa, no tenemos conocimiento. Lo único que vemos es la salida del producto a la calle. Tenemos conocimiento de que el producto está en la calle, están los kioscos, los mercados, los hipermercados, los mayoristas”. En este contexto, los empleados argumentaron que la planta produce cerca de 2 millones de caramelos por día con 100 variedades diferentes y ocupa 8.000 metros cuadrados y posee otros 11.000 para almacenar productos.
Por otro lado, sospechan que la distribución de los productos no solo se mantiene estable, sino que sigue alcanzando provincias del interior y hasta podría incluir exportaciones: “Sabemos que tienen un canal directo también con Estados Unidos. Hay envoltorios que están en inglés”, relataron. La empresa dejó de tener un depósito en la Ciudad de Buenos Aires: toda la logística actual se realiza directamente desde la planta de Lanús.
Este nuevo episodio reaviva una larga lista de conflictos que Lipo ya enfrentó en 2017 y 2020 por motivos similares: atraso en los pagos y recortes en el funcionamiento habitual. En esos casos también se trató de problemas financieros invocados por los dueños, aunque con resultados poco transparentes.
Una crisis generalizada en el conurbano sur
El conflicto en Lipo no es una excepción: es parte de un cuadro generalizado de crisis industrial que golpea con fuerza al sur del conurbano bonaerense. El caso de la fábrica Dánica en Llavallol, cerrada desde el 2 de enero con sus productos ya tercerizados y con todos sus empleados despedidos, la fábrica NS de Monte Grande que estuvo sin actividad por deudas de sueldos y aguinaldos, y la quiebra de la gráfica Morvillo en Avellaneda, con 200 puestos de trabajo perdidos, son ejemplos cercanos de una dinámica que se repite: caída de producción, falta de pagos y silencio empresarial.
En el caso de Morvillo, los trabajadores organizaron una permanencia dentro de la planta, luego de que la empresa, con más de 50 años de trayectoria, anunciara una caída del 63 por ciento en su producción y ventas, lo que terminó en un cierre sin previo aviso y al día de hoy los ya exempleados continúan como cuidadores del lugar autorizados por la Justicia que previamente aceptó el pedido de quiebra de la firma.