En el inicio de esta semana nos desayunamos con una supresión a 0% de las retenciones al complejo agrícola ganadero de parte del poder Ejecutivo Nacional, lo que la disciplina económica indicaría como una política fiscal expansiva.
Ahora bien toda política fiscal expansiva tiende a ampliar el producto, pero… este no es el caso. Dadas las particularidades de nuestro país y los sectores a los que alcanza la política mencionada, los efectos serán contraproducentes para gran parte del pueblo argentino, a excepción de un sector muy particular que son los exportadores, que en menos de 40 días, si
estaban con stock disponible se harán de al menos U$D 1.200 millones, una cifra sideral.
Desandemos el camino para que pongamos blanco sobre negro: El primer efecto de la quita de retenciones será un alineamiento de los precios nacionales (al alza) con el de los internacionales, es decir que tanto los exportadores como los molinos, aceiteras y demás compradores de granos así como también los frigoríficos pagaran el precio publicado en la bolsa de cereales de Chicago, EE.UU.. Por tanto notaran que el precio al que compran habrá aumentado, haciendo que suban sus costos de producción, aumento de costos que trasladaran a precios, ya que la rentabilidad de la industria es baja, dicho aumento inevitablemente pagaran los consumidores. Ocasionando una brutal transferencia de ingresos de los sectores bajos y medios hacia los de mayores (ingresos).
Podríamos decir que los productores recibirán un precio mayor por sus cosechas? ahora bien es posible que este no se dé, ya que los acopiadores (exportadores) saben que el precio interno bajará a partir del 1/11/2025 es decir en poco menos de 40 días (es cuando vuelven las retenciones a todo el sector en los niveles previos al lunes) por lo tanto es muy poco lo que va
a llegar a nuestros queridos productores, casi no van a vender porque no hay incentivos a comprarle, ni hablar si los acopiadores estaban sobre stockeados, menores serán los incentivos a comprar ahora que han subido los precios internos.
En definitiva la medida tomada por el gobierno nos deja a todos un poco peor, los precios de todos los comestibles van a subir inexorablemente, y a los productores casi no le van a comprar, parece una medida a medida (valga la redundancia) de los exportadores, que al igual que el dólar soja que vimos hace unos años; incluso al sector público que perderá una
recaudación de entre U$D 1.200 y U$D 1.600 millones en materia de recaudación (lo mismo que cuesta la financiación al Garrahan y las universidades)
Al final de cuentas la medida “electoralista” solo le sumara los porotos de quienes se dedican a exportar granos, pero no la de los consumidores (todos nosotros) y solo marginalmente (muy poco realmente) de los productores.
Ahora bien como dijimos en el segundo párrafo el producto (Y) compuesto del consumo(C), gasto del gobierno (G), la inversión (I), la exportación (X) y las importaciones (M). Y=C+I+G+X-M va crecer solo si la caída del consumo y el gasto público, producida por mayores precios en las alimentos (lo veremos rápidamente en las góndolas), y la baja de impuestos, respectivamente, es más que compensada por la suba de exportaciones; anticipo no pasará.
Presidente y ministro están desordenados, para no decir no saben para donde arrancar, no se toman medidas sin analizar los efectos y menos si pretende ganar las elecciones, tendrán que volver a leer el manual de macroeconomía básica y a rendir para verificar los conocimientos, humildemente le recomendamos que dejen el de Sturzenegger y agarren el viejo y querido
manual de Oliver Blanchard en cualquiera de sus ediciones le será de gran utilidad.
(*) Por Laureano Nogueira (estudiante de la Licenciatura en Economía en la UBA)