viernes 29, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Comenzó el segundo juicio por la muerte de una niña en Anguil: Madre acusada de «cuidado negligente»

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Hoy se realizó, en el Centro Judicial de Santa Rosa, un segundo juicio oral de una causa por homicidio culposo que había sido reenviada por el Tribunal de Impugnación Penal, a la Audiencia de Juicio, para que dicte un nuevo fallo.





La imputada es Natalia Soledad Schreiber, quien el 4 de julio del año pasado, había sido condenada por el juez de audiencia, Andrés Olié, a tres años de prisión en suspenso por la muerte de su hija Zoe Julieta Taboada, de un año y tres meses.

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Esa sentencia fue impugnada por la defensora oficial, Silvina Blanco Gómez, y el TIP le hizo lugar parcialmente al recurso: declaró inválido el fallo, remitió el legajo a la Audiencia de Juicio y dispuso que otro juez redacte una nueva sentencia.

El cuestionamiento del TIP a Olié fue que violó el principio de congruencia y de debido proceso ya que habló de “maniobras de sacudidas” –como las acciones que provocaron la muerte de la niña–, cuando la fiscalía nunca hizo mención a ello. Por lo tanto, concluyó, la defensa quedó en un “estado de indefensión” ya que su estrategia estuvo direccionada a “rebatir una conducta diferente a la expuesta en la sentencia”.

El segundo debate de hoy fue breve porque el fiscal Marcos Sacco y Blanco Gómez se pusieron de acuerdo y le propusieron al juez de audiencia, Daniel Sáez Zamora, incorporar toda la misma prueba que habían ofrecido en el juicio anterior. La nueva sentencia se conocerá el 8 de junio al mediodía.

La única diferencia fue que el Ministerio Público Fiscal pidió que Schreiber sea condenada a tres años de prisión en suspenso, y no a cuatro años y seis meses de prisión cumplimiento efectivo, como había ocurrido antes, porque el artículo 400 del Código Procesal Penal de La Pampa establece que en el nuevo juicio “no podrá aplicarse una pena superior a la impuesta en el primero (…) si el reenvío procede como consecuencia de una impugnación del imputado”.

Ese texto también señala que, en caso de que en el segundo juicio el acusado fuese absolutoria, ese fallo no podrá ser impugnado y quedará firme.

“CUIDADO NEGLIGENTE”

El hecho investigado ocurrió el 17 de octubre de 2016 en Anguil. Según la acusación fiscal, Schreiber provocó la muerte de Zoe, cuando ella estaba a su cargo, debido a un “cuidado negligente”, de acuerdo a las palabras de Sacco.

La defensa, alegó por la inocencia, pidió la absolución y afirmó que no existió “ninguna violación del deber de cuidado” y que la muerte no pudo ser evitada “de ningún modo”. Subsidiariamente, en caso de ser condenada, solicitó que Schreiber reciba la pena mínima (un año en suspenso).

La madre siguió la audiencia, vía Zoom, desde la comisaría de Trenel, adonde reside. Prefirió no declarar y remitirse a lo que había expresado en el primer juicio. Dijo que Blanco Gómez se  comunicó con ella antes del debate y dio su consentimiento al acuerdo de partes para que Sáez Zamora resuelva con las pruebas de aquel debate (entre ellas, los videos de los testigos).

–¿Su defensora le explicó cómo es ese mecanismo? ¿Está de acuerdo?, quiso asegurarse el magistrado.

–Sí, doctor, respondió Schreiber.

Tampoco quiso hablar cuando se le dio la palabra final. Antes, Sáez Zamora, le hizo un par de preguntas personales simplemente para conocerla: “Soy ama de casa y, en esta pandemia, estoy repartiendo agua en Trenel a las personas que no pueden salir de sus casos. Vivo con mi marido y no tengo hijos a cargo. Mi hija mayor está con su papá en Anguil. ¿De qué vivo? Subsistimos. Mi marido era empleado municipal, pero ahora está desocupado. Ambos somos diabéticos y él cobra un bono semanal de 2.500 pesos. Nos arreglamos como podemos”.

Después de que las partes informaran al juez las pruebas que deseaban incorporar para el análisis final (documental y testimonial, entre ellas el padre de Zoe, familiares, médicos, vecinos, etc.), subrayaron que, debido a las circunstancias excepcionales por el coronavirus, no tenía sentido volver a citar a los testigos para que declaren presencialmente y más aún a sabiendas que la mayoría no vive en Santa Rosa.

Al final, Sáez Zamora les dijo “gracias por la confianza” a Sacco y Blanco Gómez, en alusión a que le confiaron un fallo con pruebas incorporadas en otro debate; y lo propio hizo con el oficial principal Emmanuel Gonzalía, por colaborar desde la comisaria para que Schreiber pudiera asistir a la audiencia en forma virtual.

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