En la noche del martes un viajante recibió una paliza e importantes daños en un auto de alta gama, a manos de dos hermanos que lo acusaron de intimar con la esposa de uno de ellos. Otro caso similar ocurrió el mismo día a la madrugada cuando un vecino, con antecedentes de violencia, le rompió la puerta y un auto a su suegro acusándolo de apañar una infidelidad de su pareja. El mismo sujeto quedó detenido porque mientras resolvían su situación, otra mujer denunció que horas antes había quebrantado una orden de restricción de acercamiento, por lo que lo dejaron preso.
VIAJANTE EN PROBLEMAS
Agitados días en cuestiones maritales vive la comunidad veinticinqueña en las últimas horas. El primero de los casos tomó estado público cuando aproximadamente a las 22 del martes la policía recibió un llamado al 101 reportando una riña en la esquina de Quemú Quemú y Rancul.
Según le contó a Radio Municipal una fuente policial, cuando llegaron encontraron un auto de alta gama, un lujoso Audi A4, con varios vidrios y espejos destrozados, entre otros daños, y a tres personas en medio de una violenta discusión. De inmediato los trasladaron a la sede policial para llevar adelante las actuaciones correspondientes.
El hecho fue casi una novela de tinte pasional. La policía recabó información para recomponer la historia. Los hermanos acusaron a un joven viajante que vende mercadería de una distribuidora de General Campos, pero que vive en Guatraché, de tener una relación amorosa con la esposa de uno de ellos. Y, tocados íntimamente por esa situación, decidieron salir a buscarlo y darle un escarmiento.
Lo ubicaron en un local comercial. En el interior el vendedor estaba levantando pedidos y dialogando con el dueño, cuando comenzaron a sentir insultos y ruidos de rotura de vidrios. Cuando salió advirtió que los hermanos le estaban destrozando el Audi a piedrazos, y cuando lo vieron se abalanzaron sobre él y empezaron a darle una golpiza, actitud que depusieron luego de que el comerciante y allegados terciaran en el conflicto y lograran separarlos.
En la dependencia policial, los agresores mantuvieron su versión acusando al viajante de actitudes impropias hacia la esposa de uno de ellos. Mientras que el agredido admitió que conocía a la mujer pero que solo se trataban como amigos, y que todo era un error producto de los celos. Además, el corredor del comercio, se lamentó por los daños en el rodado de alta gama que, aseguró, le había prestado un amigo, por lo que presentó una denuncia penal por daños y lesiones.
ATACÓ AL SUEGRO
Otro caso para el celuloide ocurrió en la madrugada del martes. La policía debió acudir a una llamada que revelaba que estaba en proceso una situación de violencia en el barrio conocido como Toma La Esperanza. En la vereda de una de las viviendas encontraron a un hombre totalmente fuera de sí, a causa de una ingesta alcohólica importante, el test dio 2,34.
En las actuaciones quedó constancia que el joven llegó a la casa de sus suegros buscando a su pareja que, según refirió, le había sido infiel. Pensando que el progenitor la ocultaba, intentó forzar la puerta de ingreso al punto de dejarla doblada. Y producto de su pasajera enajenación etílica le rompió todos los vidrios a su propio automóvil, un Volkswagen Gol.
La policía lo trasladó a la dependencia Departamental donde hicieron las actuaciones por daños y cuando estaban a punto de liberarlo, algo ocurrió que cambió su situación procesal. Llegó otra mujer que fue víctima de violencia de género por mismo hombre, causa que había derivado en una restricción de acercamiento. Ella denunció que horas antes la misma persona la había contactado y le había proferido amenazas, por lo que la fiscal Eugenia Bolzan, ante el quebrantamiento de la medida cautelar, dictó su prisión.