El intendente Darío Balsa entregó una placa recordatoria a la comercianta Nermis Piorno, quien es la propietaria de una tienda que cumplió 60 años de trayectoria comercial en Eduardo Castex. Piorno, emocionada, relató los inicios de la tienda y algunas anécdotas risueñas.
El intendente Darío Balsa y el director Carlos Maruelli entregaron la placa recordatoria, y estuvieron presentes familiares, amigas y clientas de la tienda ubicada sobre la calle Belgrano, entre Avenida Independencia y calle Raúl B. Díaz.
El jefe comunal felicitó a Nermis Piorno y su familia, porque “han construido este emprendimiento, lo sostuvieron en el tiempo y desde 1959 está dedicada a la venta de prendas para mujeres”. Destacó el “empuje, empeño y compromiso para que el comercio arribe a los 60 años”.
RECUERDOS
Piorno recordó que comenzó con una retacería y viajaba a realizar las compras a Buenos Aires con su hijo de solamente 8 meses. “Fue muy duro”, dijo con los ojos húmedos.
Previamente estuvo tres años “en el comercio de Tota Vara, fue empleada de la tienda Loretti con solamente 14 años, estudió “en la Monotecnica”, fue peluquera, cosmetóloga e hizo depilaciones. “Siempre incluí la ropa”, destacó en Radio DON 101.5 Mhz.
El comercio inicialmente funcionó en la calle Leandro N. Alem, entre boulevard Hipolito Irigoyen y calle 25 de Mayo; hasta que se trasladó a las actuales instalaciones.
“MANDARON GENTE A SEGUIRME”
Piorno viaja constantemente a Buenos Aires para comprar las prendas que comercializa en su tienda. “En julio hice tres viajes a Buenos Aires…tenes que viajar para traer lo que va saliendo, y traigo mucho importado. Lo importado no se consigue fácil, tenes que meterte en algunos lugares….”, destacó.
Y contó una anécdota risueña. “Me ha seguido gente de acá y algunos hombres mandaron a gente para que me siguiera en Buenos Aires para ver donde compraba, pero cuando reconozco a alguien de Castex me cruzo la calle, subo a un taxi y me voy”, confesó en la entrevista radial.
HIJAS POSTIZAS
“Está es mi vida, estar con la gente (en la tienda) y no podría quedarme encerrada”, admitió. Y en sus confesiones, también recordó “dos hijas postizas”. Así las calificó a Laura Pérez y Alejandra Benvenutto. “Se criaron acá. Iban a la escuela y después se venían con los trapitos a jugar conmigo. Venían con el pijama y las chinelas, y traían la mamadera para tomar la leche”, recordó.