La política pampeana está en tiempo de espera hasta el 27 de octubre. Mientras tanto, en el oficialismo pampeano sus dirigentes se mueven entre el exceso de confianza por un resultado ya puesto y las expectativas a futuro. Pero si bien habrá un nuevo escenario a partir del 10 de diciembre, los cambios no serán tan de fondo. El actor central, el dueño de la pelota, seguirá siendo el mismo.
Nombres a la espera del 27
El gobernador electo Sergio Ziliotto se ha tomado su tiempo para anunciar el gabinete. Es que le quedaron demasiados meses de sobra en la extensa transición que le tocó entre el 19 de mayo en que ganó las elecciones y el 10 de diciembre cuando tenga que asumir. Apenas confirmó dos de sus ministros: uno central como el de Hacienda y otro que generaba expectativa por ser un ministerio con características novedosas para La Pampa como el de Conectividad y Modernización.
Toda definición en ese sentido parece supeditada al día después de la elección del 27 de octubre, cuando se confirme el triunfo de Fernández-Fernández, de acuerdo a todas las encuestas. Recién ahí empezará a conocerse el grueso de los nombres y el resto del organigrama. Esto no significa que ya muchos presionen por lugares, si bien los cargos más importantes ya tienen nombre y apellido. Mientras tanto hay funcionarios que se van despidiendo y otros que van cerrando temas, como el de Seguridad con leyes que se están enviando a Diputados para su aprobación antes del cambio de mando.
Campaña con piloto automático
El PJ está abocado de lleno al acto de cierre de la fórmula FF en Santa Rosa. Esta circunstancia también estira los tiempos de definiciones. El 17 de octubre es la fecha. La Pampa, y sobre todo el peronismo pampeano, tendrán una gran vidriera nacional para mostrarse y no se quiere dejar nada al azar. Se espera una gran concurrencia.
Este acto es el gran motivador en una campaña que discurre sin mucha estridencia ya con los números puestos. Se ve poca actividad proselitista. La tienen los candidatos del PJ, sobretodo del lado de la kirchnerista Carmina Besga. Hernán Pérez Araujo, ya con un lugar asegurado en el Congreso, no se muestra tanto como su compañera. La idea de mostrar más a Besga es que ocurra el milagro y consiga los votos necesarios para ingresar a la Cámara de Diputados. En esa estrategia están los sectores K.
Del lado de Juntos por el Cambio, el ex Cambiemos, la estrategia de Martín Berhongaray es no mostrarse. Ni declaraciones ni menciones al presidente Mauricio Macri. La estrategia del avestruz es que pase la campaña con los menores contratiempos posibles, lleguen las elecciones y no pague ni antes ni después el costo político de acompañar en la boleta al macrismo. Un candidato sin campaña con el piloto automático puesto.
El dueño de la pelota
Mientras tanto, y mientras no haya mayores novedades, los ojos están puestos en qué harán los principales dirigentes que deberán gobernar a partir del 10 de diciembre. Hay quienes tratan de analizar por lo bajo cómo será la relación de acá a cuatro años entre el gobernador Ziliotto y los intendentes de Santa Rosa, Luciano di Nápoli, y de General Pico, Fernanda Alonso. Los más arriesgados tejen hipótesis de conflicto sobre una posible disputa del poder.
Hay un exceso de confianza en algunos dirigentes sobre lo que pueda ocurrir a futuro, y también la preocupación por los límites que les va a imponer la realidad. Para quienes gustan de pensar en complejas estrategias, hay dos cuestiones a tener en cuenta que limitan también cualquier análisis.
Por un lado, los nuevos gobernantes deberán afrontar una gestión con recursos limitados y una economía en crisis, con problemáticas en las dos principales ciudades, y además legitimarse en sus cargos. Por el otro, se puede hablar de internas futuras, pero la política pampeana tiene su grado de previsibilidad. Las permanencias son más profundas que las transformaciones. Más allá del «trasvasamiento generacional», estará presente un actor que es central y que es el actual gobernador Carlos Verna. «Han pasado tantos a los que se los jubiló antes de tiempo y siempre estuvieron. Verna seguirá presente en el próximo esquema. El es el dueño de la pelota, la cancha, los arcos y también de los equipos y la hinchada. El próximo escenario no puede prescindir de su figura, aunque pueda estar dos años sin un cargo institucional, que le da cierta estabilidad y ordena al peronismo», afirma un ministro consultado sobre el tema. Una definición de lo que vendrá más allá de cualquier especulación.
(*) Por Norberto G. Asquini (periodista e investigador)