Cuatro castenses son parte de la tripulación de un crucero que se dirigía rumbo a Italia, y actualmente se encuentra en alta mar, tratando de encontrar algún puerto que les permita ingresar para que los 950 argentinos puedan regresar vía aérea al país. “Estuvieron unos días en Brasil y después cruzaron con destino a Italia, y cuando iban en viaje les dijeron que no iban a poder entrar a Italia y que iban a desviar hacia España. Y ayer les dijeron que estaban analizando donde les iban a permitir ingresar en un puerto para después enviarlos por avión hacia Argentina”, relató anoche el profesor Luciano Dutto, hijo de uno de los matrimonios castenses que está arriba del crucero Costa Pacífica.
Dutto confirmó que tiene contacto con sus padres. “Nos estamos comunicando muy poco, cuando tienen la posibilidad, porque ahí tenes que pagar el wi fi. Tuvimos comunicación y nos dijeron que estaban muy bien”. “Ellos están siguiendo las noticias por TV y nos avisan continuamente que nos quedemos tranquilos, que están bien. Ellos no llegaron a Europa, quedaron en medio del mar. Ahora verán en que puerto los dejan parar, para volver a Argentina donde después tendrán que hacer la cuarentena”, explicó el entrevistado.
CRUCERO A LA DERIVA
Las crónicas de los diarios porteños indican que en el crucero Costa Pacífica viajan 950 argentinos. El barco zarpó el 3 de marzo desde Buenos Aires, recorrió la costa de Brasil y tenía programado arribar al puerto de Génova el martes 24. La pandemia de coronavirus provocó que los países europeos cierren sus puertos, y ahora los pasajeros a bordo desconocen donde desembarcarán. La tripulación está compuesto mayoritariamente por personas mayores de 60 años, franja etaria que se considera población de riesgo del Covid-19.
Algunos de los pasajeros transmitieron preocupación y molestias en algunos diarios porteños. La pasajera Carmen Bayudar (75 años) en declaraciones al diario La Nación cuestionó la decisión del capitán del crucero de embarcar rumbo a una región donde todos los turistas quieren salir. La mujer reveló que después que el barco zarpara en Brasil, hubo tensión entre los pasajeros: los argentinos pretendían permanecer en la costa sudamericana, pero los turistas europeos presionaron para regresar a Italia.
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El capitán del crucero sería oriundo de Genova, y confió que más allá de las medidas oficiales, en la costa itálica recibirían a los pasajeros. Igualmente el capitán no habría dialogado con los pasajeros. La compañía entrega diariamente un boletín oficial. “Si al menos supiéramos a dónde vamos, nuestras familias podrían ayudarnos a definir cómo volver», contó Edgardo Bermejo (70 años).
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