Al menos 41 reclusas murieron hoy, 25 de ellas calcinadas, como resultado de un enfrentamiento entre bandas criminales dentro de una prisión para mujeres en Honduras, cuyo gobierno dispuso la intervención militar del establecimiento, informaron fuentes oficiales y la prensa local.
El incidente ocurrió esta mañana en el Centro de Adaptación de Mujeres (Cefas), en Támara, a 30 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa, y a mediodía se habían registrado 41 víctimas fatales, afirmó Yuri Mora, vocero del Ministerio Público.
De ellas, por lo menos 25 murieron calcinadas y siete, por heridas de armas de fuego, según los diarios locales El Heraldo, La Prensa y La Tribuna.
El hecho se originó en un enfrentamiento entre integrantes de la Mara Salvatrucha MS-13 y la Pandilla 18, dos de las organizaciones criminales más extendidas en Centroamérica, creadas respectivamente en El Salvador y Estados Unidos.
La viceministra de Seguridad y presidenta de la Interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Julissa Villanueva, anunció la medida de intervención en respuesta a los disturbios. En sus redes sociales, declaró emergencia y dejó claro que no se tolerarán actos vandálicos ni irregularidades en dicha cárcel.
Por lo menos cinco equipos de Medicina Forense trabajaban esta tarde en el levantamiento de los restos de las reclusas que murieron calcinadas.
La viceministra de Seguridad e interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Julissa Villanueva, declaró al Cefas en emergencia y dispuso que quedara a cargo de efectivos militares, de la Policía Nacional y de bomberos.
La funcionaria atribuyó el incidente a “la criminalidad organizada que ha secuestrado el sistema penitenciario de este país” y remarcó “cómo desde adentro y afuera se producen acciones nefastas”.