La abogada castense Paula Eugenia Kohan fue la única disertante latinoamericana en la Escuela de Verano de la Comisión de Ética, Ciencia y Sociedad de la Unesco, que se desarrolló -días atrás- en la Universidad de Toulouse (Francia), donde expuso la temática «¿Están preparados los sistemas judiciales actuales para atender los reclamos por daños generados por la Inteligencia Artificial?»
«Desde mi punto de vista el sistema judicial no está preparado para enfrentar una contingencia de Inteligencia Artificial (IA), por eso en mi trabajo escribí algunas cosas que deberíamos empezar a hacer en nuestros sistemas judiciales para que respondan ante esto. Hoy todo el mundo habla de IA, como en su momento se debatió sobre la genética o las clonaciones, pero en realidad no hay un conocimiento acabado de lo que implica esta tecnología que tiene muchas variantes», expresó ayer Kohan.
La abogada civilista y especializada en Derecho Tecnológico integró el panel de expositores, con expertos de Francia, Canadá, Alemania, Suiza y España. La Escuela de Verano de la Comisión de Ética, Ciencia y Sociedad de la Unesco está «destinada a equipos seleccionados e invitados de la academia francesa, además de médicos, filósofos y abogados, entre otros».
Según Kohan, la IA podría originar una situación «preocupante» en los sistemas judiciales. «Hoy la IA está entre nosotros en aplicaciones como Netflix o en los sistemas bancarios y la encontramos en muchos lugares, y en algún momento un estudio jurídico va a recibir una situación donde una persona se haya considerado dañada por la IA, y ahí vamos a empezar el derrotero para analizar qué medios y que dinero se necesitará para probar el daño», expresó.
Y su postura tiene algunos interrogantes básicos e iniciales: «Quiénes serán los técnicos o expertos que estudiarán las probatorias para presentar en un caso de IA, nuestros clientes tendrán la posibilidad económica para afrontar el proceso, y qué pasará cuando el juez o la jueza tenga que resolver un caso de estas características porque la IA tiene inferencias deductivas y es muy eficiente para detectar patrones, pero no entiende contexto, emociones, humanidad y no percibe la situación ambiental».
-Kohan, por qué se volcó en cuestiones informáticas a temáticas de salud, ¿simplemente por inquietud o legado familiar?
-Es el espacio más vulnerable donde podemos estar y es donde más se va a desarrollar. Es increíble cómo avanza la tecnología en la medicina. Ese espacio es un sector donde los derechos humanos, el derecho al acceso a la salud y la posibilidad de salvar vidas mediante la tecnología, realmente me inspiran. Deseaba dedicarme a algo que me permitiera pensar y crecer. Y obviamente no escapo al legado familiar, porque en mi familia de origen hay una arquitecta, dos médicos y yo, o sea que los médicos son mayoría.
«Un camino».
Kohan actualmente integra el equipo técnico de posgrado de Salud Digital de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que dirige la doctora Marisa Aizenberg. «Fue mi mentora en temas de Salud Digital. Porque me venía preparando en temas tecnológicos desde hace tiempo, pero ahí encontré un camino que disfrutaba», destacó.
Ahí surgió la posibilidad de viajar a Francia para exponer en la Universidad de Toulouse en la Escuela de Verano de la Unesco. «Nosotros damos clases todos los miércoles de 17 a 21, y en una clase estuvo la médica legista Anne Marie Duguet que forma parte de esta comisión de la Unesco, y vino a Buenos Aires con un juez de París para dar una charla donde hice de traductora de inglés en la UBA porque comprendía el tema y hablaba inglés», recordó.
Y finalmente dejó un mensaje importante para los «más jóvenes y fundamentalmente para mis hijas». «Podemos vivir en el interior de La Pampa y con la virtualidad, el esfuerzo y la perseverancia te permite estar en otros ámbitos y evolucionar, y no hace falta ir a vivir a otro país para evolucionar tranquilamente desde tu lugar de residencia», concluyó.