La fuerte amistad entre dos hombres escribirá un nuevo capítulo en la historia de La Pampa al protagonizar el primer trasplante entre dos personas que no poseen vínculo familiar. «Me di cuenta que era un amigo de verdad», contó el receptor.
Sergio Alfaro es un trabajador que se desempeña en el sector de transporte. Es chofer de combis y colectivos de la Empresa Oeste y la Empresa Catriló. Hace unos meses tomó una decisión trascendental: le donará un riñón a su amigo y ex compañero de secundaria, Alejandro Sosa.
Alfaro confesó en Radio Noticias que está «esperando ansioso», debido a que «desde el año pasado que la venimos peleando porque a raiz de esta pandemia no hemos podido realizar los estudios en Buenos Aires».
Sin embargo, destacó que ya cuentan con «la orden judicial» que los habilita a realizar la operación. «Es el primer caso en La Pampa de un trasplante entre amigos. Tuvimos que tener una reunión en la Ciudad Judicial, donde había médicos, psicólogos, abogados, la fiscal, la jueza”, dijo.
“Salió autorizado, porque ellos pensaban que podía haber un negociado y no. Yo principalmente le dije al juez que esto lo hacía porque valoro la vida, aparte con Alejando nos conocemos desde hace más de 40 años, y la vida nos ha juntado a través del trabajo», relató.
LA DECISIÓN
Todo surgió cuando un día normal para su rutina se encontró con Alejandro en la Terminal. El bajaba de un colectivo y Sergio, sin querer, observó las vendas en sus brazos. Ante la consulta, su amigo le contó que se estaba dializando por un problema renal.
Luego se volvieron a encontrar en el salón de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), gremio en el que Alejandro se desempeña como secretario de Finanzas. Ahí volvieron a charlar y Sergio se enteró que su amigo esperaba entrar en la lista de espera para un trasplante.
Ante esto, tomó una decisión que reconoció como «complicada», pero que adoptó «con todo el corazón». Por estos motivos, se lo comentó a su esposa. «Le dije que Alejandro necesitaba un riñón y le dije que yo se lo iba a donar. Es una decisión a través de la cual vas a dar vida. Acá es una vida la que está en juego, necesita ese riñón porque necesita vivir», expresó.
Consultado sobre la compatibilidad, comentó que ya se hicieron estudios en una clínica privada local. «Después que salieron los estudios nos citaron y nos dijeron que era el mejor donante que podía conseguirle», porque «nunca he ingerido bebidas alcohólicas ni fumo».
A partir de allí comenzó una larga espera, que se prolongó por la pandemia de coronavirus. «Tenemos que viajar al Hospital Alemán donde nos van a hacer todos los estudios y ahí nos van a operar», explicó.
UN AMIGO DE VERDAD
Por su parte, Alejandro contó que «desde que Sergio decidió ser donante se hicieron todos los trámites y en agosto del año pasado yo ya tenía todo armado para ir al Hospital Alemán, resulta que con el tema de la pandemia se fue dilatando».
Sin embargo, hace una semana se comunicaron con el hospital y le solicitaron que viajaran para «hacer estudios previos, así que estuvimos hace 10 días y no me quedé porque necesitaba un lugar donde dializarme”. “Quedó la obra social de conseguir un lugar, así que próximamente estaremos viajando para hacernos los estudios finales y de compatibilidad, y si todo está bien en el mes de marzo o abril se estaría haciendo la operación», agregó.
Consultado sobre la decisión de su amigo, contestó que «los laureles se los lleva Sergio, porque vino y me dijo de una. La verdad es que me pasaron un montón de cosas, me di cuenta que era un amigo de verdad. Es una decisión muy difícil para una persona. Se decidió a donar porque realmente es una persona bondadosa. Agradecido de por vida, con él y con su familia».