El Consejo Federal de Salud (Cofesa), que reúne a los ministros provinciales de todo el país, decidió diferir hasta la semana 12 la aplicación de la segunda dosis de todas la vacunas contra el coronavirus para proteger a la mayor cantidad de personas con alguna condición de riesgo, lo antes posible, y reducir el impacto de las muertes por esta enfermedad.
La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, se reunió con sus pares provinciales antes de que se diera a conocer la nueva recomendación, que está alineada con otras medidas tomadas en paises como Canadá y el Reino Unido.
La decisión se basa en la recomendación del grupo de trabajo de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y apunta a vacunar al mayor número posible de personas con la primera dosis para maximizar los beneficios de la vacunación y disminuir el impacto de las hospitalizaciones y mortalidad por esta causa.
«Si la diferimos unos meses (la segunda dosis) cubrimos más rápido a más personas para cumplir con nuestro objetivo que es bajar la mortalidad y luego se puede organizar todo el programa de vacunas para dar la segunda dosis», explicó esta mañana Vizzotti, quien había deslizado por primera vez esa posibilidad en una entrevista con Página/12.
La ministra nacional aclaró que la estrategia se basa en el análisis de múltiples factores, no sólo en la evolución de la pandemia y la cantidad de dosis disponibles a nivel mundial, sino también en concentrar los recursos para vacunar más rápido a un mayor número de personas, en especial a los mayores de 60 años.
También expresó la importancia de tener en cuenta el carácter dinámico de los conocimientos en torno a las vacunas, en este caso los intervalos entre dosis, que ahora son más amplios y su evaluación permanente.
La ministra de Salud había adelantado que en el encuentro de hoy se iban a analizar los trabajos al respecto, teniendo como referencia las experiencias en Reino Unido y Canadá, donde «ya se vio una disminución del 90% del contagio y de la mortalidad con esta estrategia». Según explicó Vizotti, se trata de una recomendación global «que después cada jurisdicción va a tomar de acuerdo a su plan estratégico».
La ministra resaltó además que ayer, en el marco de una reunión de la Comisión Nacional de inmunizaciones, se analizó el tema «teniendo en cuenta la idea científica y la complejidad de la implementación, así como el principio de equidad de que reciban la primera dosis la mayor cantidad de personas posible».
Las tres estrategias aconsejadas por los especialistas
Luego de considerar la situación epidemiológica, la escasez y la inequidad global en la distribución de vacunas, la aparición de variantes y la evidencia científica, los expertos recomendaron tres estrategias:
Diferir las segundas dosis de cualquiera de las vacunas actualmente disponibles en nuestro país -Sputnik V, Covishield/ChadOx-1 y Sinopharm- a un intervalo mínimo de 12 semanas desde la primera dosis.
Después de los 3 meses de la primera dosis, se sugiere la aplicación de la segunda dosis en forma escalonada priorizando de manera secuencial la población de mayor riesgo de enfermedad grave (mayores de 60 y personas entre 18 y 59 años con factores de riesgo) para completar esquema.
Además, dada la situacion del personal de salud, incluyendo quienes están licenciados, se recomienda completar esquemas con intervalo convencional, en aquellos que realicen actividad asistencial y con alta exposición al riesgo o que manipulen muestras clínicas.
Cómo se aplicará en el caso de las personas recuperadas
En aquellas personas con diagnóstico confirmado de COVID-19, de acuerdo a la definición del Ministerio de Salud, se propone postergar la aplicación de la primera dosis de vacuna entre tres y seis meses después del alta clínica.
En aquellas personas con diagnóstico confirmado de COVID-19 luego de la primera dosis de vacuna, según definición del Ministerio de Salud, postergar la aplicación de la segunda dosis entre tres y seis meses posterior al alta clínica.
Qué decían previamente los expertos
Los Gobiernos de todo el mundo están analizando cómo realizar la inoculación a sus ciudadanos en un escenario donde lo más claro es que no hay suficientes vacunas para la demanda requerida.
La idea de diferir la segunda dosis en un contexto en el que hay más demanda que vacunas «podría ser una estrategia para tener a mayor población con protección en menor tiempo», explicó días atrás la presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE).
«La eficacia protectora de una primera dosis oscila como mínimo entre el 60 y el 70 por ciento según el tipo de vacuna, pero esto es variable. Hay que tener en cuenta que los anticuerpos comienzan a generarse a los 15 días después de recibir esa dosis», puntualizó la especialista.