Una salteña de 23 años que en 2017 abandonó su casa natal de la ciudad de Tartagal para venirse a Buenos Aires “para poder vivir la vida con libertad”, se convirtió en la primera mujer trans en trabajar en el Banco Nación y en ser afiliada al sindicato La Bancaria en esa entidad.
Ángeles Rojas contó a Télam que “en Enero de 2017 decidí venirme a vivir a Buenos Aires para poder vivir mi vida con libertad, yo soy de la ciudad salteña de Tartagal y su comunidad vive con una mirada religiosa muy arraigada que afecta la calidad de vida de cualquiera que no cumple con sus expectativas”.
“A fines de ese mes llegué junto a unas amigas y empezamos a trabajar de lo que podíamos, no eran muchas las oportunidades y el primer tiempo fue duro; mucha gente cuando ve compañeras en las esquinas les dice que tienen que estudiar y trabajar, pero no tienen en cuenta que para nosotras no hay las mismas oportunidades”, agregó.
La trabajadora contó que “fue una amiga la que en enero de este año, cuando todavía no había salido el cupo laboral trans, la que me alentó a que presentara un currículum en el Banco Nación porque yo tenía hechos cursos de computación y otros estudios; entonces presenté un currículum pero ni en mis mejores sueños entraba la posibilidad de un trabajo en blanco, obra social y vacaciones pagas”.
“Yo tenía todo arreglado para dejar Buenos Aires e irme a trabajar a un geriátrico en la provincia de Córdoba cuando en el mes de abril me llamaron del Banco Nación, en junio me hice los exámenes y el 15 de septiembre comencé a trabajar”, añadió.
Rojas apuntó: “me desempeño en el área de Gestión General de Capital Humano, pero por la pandemia estamos trabajando a distancia desde nuestras casas por lo que todavía no pude conocer a mis compañeros de la sede central del banco; con quien tengo relación cotidiana es con mi jefa que me acompaña y me envía las tareas que me corresponden a través de internet, además estoy realizando el curso de inducción”.
Respecto de ser la primera afiliada trans de La Bancaria en el Banco Nación, Ángeles contó que el sindicato la recibió «de una manera maravillosa, yo no tenía ninguna experiencia gremial y no tenía idea de lo que era un sindicato, y nunca imaginé estar frente a tantos compañeros como el día en el que me entregaron la credencial y todos me recibieron como una más de ellos, fue muy fuerte y emocionante”.
“Estoy viviendo un sueño que nunca imaginé, tener una trabajo en blanco me permite soñar con cosas para mi futuro que hasta el año pasado me parecía que nunca en mi vida las iba a ver; estoy viviendo un sueño que hasta ahora el Estado y la Sociedad siempre nos habían negado, y espero que todas mis compañeras también puedan alcanzarlo”, finalizó Rojas.