La autopsia confirmó que Raquel Amaya (53 años) murió “por asfixia”, y el deceso se habría producido en su domicilio, por lo cual su hijo (8 años) será abordado en Cámara Gesell, confirmaron fuentes judiciales. Su pareja Fabricio Borges (48 años) confesó su autoría, e indicó que atravesaban “una situación conflictiva que era conocida por los vecinos”.
La autopsia practicada en la Morgue de General Pico reveló que la muerte fue «por asfixia» y el hecho se habría concretado en el domicilio. Un menor de edad estaba presente cuando ocurrió, por lo que será abordado en Cámara Gesell, revelaron fuentes judiciales.
El fiscal general Armando Agüero señaló que tanto en la audiencia como en Fiscalía el imputado confesó la autoría. En ambos casos dio «una explicación y un relato de por qué tuvo la determinación de quitarle la vida a su pareja. Por lo que él relata, tienen una discusión de larga data. Es un conflicto de pareja de extenso tiempo», dijo.
El detenido reconoció que atravesaban «una situación conflictiva que era conocida por los vecinos».
TRASLADO DEL CUERPO
Ayer personal policial de Monte Nievas, Eduardo Castex y brigadas especiales de General Pico y Santa Rosa, acompañados por funcionarios judiciales piquenses, comenzaron los rastrillajes aproximadamente a las 9 horas.
La primera búsqueda se realizó en un “montecito” ubicado a varios metros de la banquina de la ruta provincial 102, en cercanías de la denominada Laguna de Garello, entre Eduardo Castex y Monte Nievas. El resultado de la búsqueda fue negativo. Pero, ahí estuvo inicialmente oculto el cadáver durante algunas horas, precisaron los investigadores.
Y después se dirigieron hacia la zona del denominado Camino a la Cruz, a aproximadamente cinco kilómetros al este de Monte Nievas. En la bajada hacia el camino de tierra, a algunos metros de la ruta provincial 102, en una alcantarilla se encontraba el cuerpo de la mujer montenievense.
“La evidencia que se recolectó fue que el cuerpo inicialmente se dejó en un sitio, y después fue trasladado por la misma persona donde fue descartado definitivamente”, dijo el fiscal Guillermo Komarofky.
VIVIENDA
Amaya y Borges residían en una vivienda en la zona noroeste de Monte Nievas, con un hijo en común de 8 años. Amaya habría arribado a Monte Nievas hace poco menos de una década, y tenía hijos en una provincia patagónica, indicaron los investigadores con datos aún poco precisos en las fechas, por la vorágine de la investigación.
El niño ayer permanecía “al resguardo” de una familiar de la víctima, y ayer pasado el mediodía arribó a la vivienda de la familia un profesional de la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia de Eduardo Castex, presumiblemente para asistir al pequeño. Dialogó con los investigadores, y se retiró en un patrullero policial.
Los vecinos ayer no salían de su asombro, y tampoco abandonaron las ventanas para observar el trabajo de los peritos de la AIC, que realizaron un minucioso trabajo en búsqueda de elementos probatorios, para ser incorporados en el expediente judicial.