En las primeras décadas del siglo pasado, la actuación de orquestas y cantantes de tangos en las radios porteñas fue una de las principales atracciones de la época. Las radios, para graficar, tenían “sus hinchas”: Radio Belgrano y El Mundo, eran como Boca y River. La Belgrano se escuchaba mucho en el interior y tenía números menos conocidos, pero de muy buena calidad. Mientras que en el Mundo había un elenco importantísimo que tenía como director artístico al mismísimo Armando Discépolo.
Un concurso de cantantes de tango en Radio Belgrano dejó sin médico a los vecinos de Monte Nievas, porque el profesional de la salud ganó un concurso “de nuevas voces de aficionados”, se quedó con un importante premio económico y firmó contrato con la emisora para actuar semanalmente en los estudios porteños.
El médico Delfín Gómez se inscribió, pero nunca estimó que tendría semejante éxito. Porque si bien tenía “sobresalientes condiciones”, aseguran los medios periodísticos locales de esa época, en el concurso había más de 5.000 inscriptos de todo el país.
El periódico La Voz del Norte, en su edición de setiembre de 1938, tituló “Un ex médico de Monte Nievas, debuta esta noche el Cervantes”, y en el pre título agrega: “se ha destacado como cantor nacional en Radio Belgrano”.
El semanario castense detalló que el doctor Delfín Gómez era un “distinguido médico que estuvo radicado hasta hace poco ejerciendo su profesión en el vecino pueblo de Monte Nievas”.
De “espíritu cultivado y artista por temperamento” el profesional de la salud se radicó posteriormente en Capital Federal donde “encontró amplio campo de acción a sus sobresalientes condiciones que, como cantante, se le conocían por haber participado en algunas reuniones privadas y finalmente en un festival beneficio en Monte Nievas”, agrega la crónica periodística.
EL MEJOR ENTRE 5.000 PARTICIPANTES
Gómez en 1936 “se inscribió en un concurso organizado por una firma comercial por la emisora LR 3 Radio Belgrano de Buenos Aires”, cuyo objetivo era “elegir las mejores voces de aficionados”.
En el concurso “intervinieron cerca de 5 mil personas” y el médico montenievense no solamente demostró sus dones artísticos, sino que además “se clasificó primero”.
“El triunfo lo hizo acreedor de un ventajoso contrato en Radio Belgrano, donde ha venido actuando últimamente”, agrega el texto periodístico.
Después del éxito artístico en la emisora porteña, Gómez regresó a Eduardo Castex, donde actuó el sábado 24 de setiembre de 1938, en la Sala del Cine Teatro Cervantes, presentando “diversas y seleccionadas canciones de su repertorio”, acompañando en el piano por la profesora Hoosier Elena Lorini.
EPOCA DE ORO DEL TANGO
Después de la primera transmisión radial que realizó, el 27 de agosto de 1920, el radioaficionado Enrique Susini y sus tres amigos César José Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica, conocidos luego como «Los locos de la azotea», la radio pasó a ocupar un lugar central en la comunicación y entretenimiento de la sociedad.
Los “inventores” colocaron antenas y emitieron la ópera Parsifal, de Richard Wagner, con un rudimentario equipo traído desde Francia que colocaron en la terraza del Teatro Coliseo de Buenos Aires. Fundaron, a partir de este evento, Radio Argentina.
En los años posteriores, los concursos entre orquestas y cantantes, eran la atracción de las radios. “Las típicas”, con sus cantantes y directores estrellas, grababan un disco todos los meses, tenían cinco bailes por noche y generaban una verdadera fiebre por el tango.
La radio, con sus orquestas en vivo y concursos de nuevos valores, era una de las responsables del fenómeno que duró hasta los años sesenta con la desaparición de célebres audiciones como el «Glostora Tango Club». El músico Leopoldo Federico agrega otro dato significativo. «Una ley de racionalización en la radio decretada por el dictador Juan Carlos Onganía en 1967 terminó por sepultar la época de oro de los números de tango en vivo en la radio. Después de ese momento el tango desapareció definitivamente de las audiciones y ese espacio no se recuperó más.»
GRABACIONES
El 29 de noviembre de 1935, la inauguración de los nuevos estudios de Radio El Mundo (donde funciona Radio Nacional) con un auditorio para 500 personas fundó una nueva época de oro para el tango: las audiciones de orquestas en vivo con la presencia masiva del público. A partir de entonces, la pelea de los anunciantes y las emisoras por tener su artista exclusivo, la sana competencia entre las orquestas por estrenar tangos todas las semanas, los concursos para convertirse en estrellas de la radio auspiciados por aceites, casas de artículos electrodomésticos y marcas de gomina, modificaron las costumbres de los argentinos.
«En esa época, las radios más importantes eran El Mundo, Belgrano y Splendid y había un fervor por el tango que es difícil imaginarlo hoy. Todos tenían su propia orquesta en vivo. La gente iba a ver a sus cantores preferidos y por ahí, como eran programas de media hora, en una noche podían ver a las grandes orquestas juntas como Troilo y D´Arienzo. Después, la gente se quedaba a ver el radioteatro y a algún humorista del elenco estable. Así que entraban por la tarde y se iban a la medianoche. Para la gente era como ir al teatro», recuerda Leopoldo Federico, que dirigió durante años la orquesta estable de Radio Belgrano.
TRANSMISIONES EN TEATROS
La radio de Jaime Yankelevich, ubicada en Estados Unidos al 1800, había sido una de las primeras en tomar la delantera y ostentaba figuras de la talla de Miguel Caló y Francisco Canaro. Pero con el tiempo, Radio El Mundo retomó los primeros puestos de popularidad con figuras exclusivas como Aníbal Troilo y un programa que marcó historia llamado «Ronda de ases».
«En un momento ya no alcanzó el estudio de radio para albergar a tanta gente, así que los directivos decidieron trasladar los conciertos de tango al teatro Casino, que era para dos mil personas. Por allí pasaban las mejores orquestas de la época y cada una tenía su hinchada: Tanturi, Troilo, D´Agostino, Di Sarli y D´Arienzo. Era una competencia hermosa y la gente demostraba de diferentes maneras su adhesión por cada figura», recuerda el legendario animador Armando Rolón, que actualmente tiene un micro por Radio Ciudad.
El fervor se trasladó inmediatamente a la competencia entre las radios. «Radio Belgrano y El Mundo, eran como Boca y River -compara Rolón-. Cada una tenía su público. La Belgrano, sobre todo, se escuchaba mucho en el interior y tenía números menos conocidos, pero de muy buena calidad. Por ejemplo, allí debutó la orquesta típica de Piazzolla y la orquesta de Salgán. Mientras que en el Mundo había un elenco importantísimo que tenía como director artístico al mismísimo Armando Discépolo. ¡Imaginate!»
«Tuve la suerte de participar en esa época de los espectáculos de Radio El Mundo con público. La concurrencia era total. No parábamos nunca y estábamos dedicados exclusivamente a eso. En esa época para nosotros era algo natural, pero hoy lo veo como algo extraordinario», reconoce Emilio Balcarce, director de la Orquesta Escuela.
Rolón resume esa época de popularidad de las audiciones de tango con una imagen: «Por la calle de Radio El Mundo circulaban dos líneas de tranvía, el 10 y el 9, y cada vez que pasaban frente al estudio se paraba el tránsito para ver las figuras de tango que entraban. El tranvía se detenía dos minutos con gran aceptación de la gente de atrás y todos sacaban las manos por las ventanillas para saludar a sus ídolos y comentar: «Mirá, ahí va Pirincho, Donato y Troilo».
(*) Por Coclete Rosa