Primero armó la lista, después se puso al frente del armado electoral, nombró coordinadores de zona a sus funcionarios y se lo ve casi todos los días en un acto de gestión recorriendo la provincia, ya sea inaugurando casas, una antena 4G o bajando línea en la Rural. El gobernador Sergio Ziliotto le puso el pecho a una campaña, y no solo en los afiches, en la que se juega mucho con otro que también apostó a su foto en esta elección, el presidente Javier Milei. Y a pesar de los temores iniciales en el PJ, hoy el gobierno nacional parece hacer todo para que el peronismo gane en La Pampa.
De los tiempos de incertidumbre para el peronismo, pasamos ahora a momentos de entusiasmo por el viento de cola que se palpa en la campaña. Lo que parecía ser una encerrona para el gobernador Ziliotto, una elección legislativa que podía perder frente a La Libertad Avanza, se revirtió en un escenario más favorable. Todos los sectores, hasta los que se consideraba que se iban a hacer los distraídos (y hasta boicotear la campaña), ahora se suman para no quedar afuera de la foto, algo que ya hemos dicho. Algunos, es cierto, solo formalmente, pero nadie quiere quedar afuera.
El escenario nacional empuja a Defendemos La Pampa, como a otros armados de gobernadores. Milei se fue debilitando con las denuncias de coimas, el plan económico que sea cae a pesar del salvataje de Trump y el narcoescándalo de Espert. El presidente quiso nacionalizar la campaña, pero los errores autoinfligidos están deshilachando a sus listas. Ahora apela a las reuniones en Estados Unidos o al acercamiento con Mauricio Macri para modificar la tendencia a veinte días de votar.
Ziliotto se puso al frente de la campaña y se la jugó a todo o nada. El 26 de octubre, si al peronismo le va como todo parece indicar, capitalizará un resultado favorable. Si esto ocurre, la victoria plebiscitará su figura y su gestión, y para 2027 cuando deje la gobernación tendrá la lapicera para definir buena parte del rumbo de la lista del PJ.
La gestión y el antimileísmo son los valores de la campaña de Defendemos La Pampa. El rol del Estado ante un gobierno que busca su destrucción, el federalismo que resiste una gestión centralista que ahoga a las provincias y la defensa de los recursos provinciales frente a una administración que no hizo una sola obra son los activos centrales. Todos con el sello Ziliotto.
Es una elección legislativa que tiene una gran carga simbólica. El objetivo no es solo cómo quedará conformado el nuevo Congreso en diciembre. La mayoría de los gobernadores, salvo CABA y tres jurisdicciones, tienen listas que se enfrentan a la de Milei. Es un modelo político y de gestión, el libertario, contra otro, el de los gobernadores.
Si en las malas (los peores momentos de Alberto Fernández, los meses en los que Milei estuvo arriba en las encuestas) las voces críticas afirmaban que a Ziliotto le faltaba muñeca política porque se dedicaba a la gestión, ahora se moderan. Es sobre la gestión que se arma el discurso político del peronismo: en La Pampa se defiende el Estado, que desde hace más de cuatro décadas está en manos del PJ.
Ziliotto hace una campaña casi paralela a la de sus candidatos y le pone el pecho al resultado del 26 de octubre. Cara a cara, es el momento de enfrentarse en las urnas a Milei, y todo hace considerar que por ahora corre con ventaja.
(*) Por Norberto Asquini